El Gobierno reconoce que no hay pistas de Alberto Figueroa

Cuatro días después de la fuga de Alberto Figueroa de la Colonia Penal del Servicio Penitenciario de San Luis, funcionarios provinciales hablaron por primera vez respecto a la investigación y las circunstancias en las que trabajan.

Más allá de insistir en que ya se llevaron adelante tareas como la recolección de elementos, rastrillajes y testimonios relacionados al escape, aún no hay datos o una línea concreta que apuestan tanto la Justicia como la Policía.

En una conferencia de prensa en representación del ministerio de Seguridad, el director de la cárcel, Segundo Gimenes y el jefe del Departamento de Investigaciones de la Policía, Roberto Molina, dieron algunas precisiones del caso que por estas horas ocupa el primer lugar de la agenda local.

“Hipótesis hay varias. El tema es que no descartamos ninguna en la parte investigativa y no podemos asegurar ni afirmar, si está dentro de la provincia o afuera”. Con esa frase definió el trabajo llevado hasta ahora Molina.

Figueroa había sido condenado en 2008 a prisión perpetua por el crimen de Darío Gramaglia perpetrado en 2004 y desde ya hace cinco años permanecía en la Colonia.

Según explicó, se realizaron rastrillajes de las 39 hectáreas del predio con drones y personal policial. También una búsqueda con buzos en una laguna. Todos los procedimientos no tuvieron éxito.

En este sentido precisaron que el último agente penitenciario que vio a Figueroa fue a la medianoche del sábado, pero cuando se percataron que faltaba en su lugar fue a las 9:30 del domingo. Indicó que, una vez que fue notificada la fuerza, se procedió con “el protocolo señalado” y emitieron un pedido de captura nacional e internacional.

En otra parte de las preguntas, se le consultó a Gimenes por la ausencia de medidas de seguridad que cuenta dado que no hay cámaras de monitoreo, una sola persona en la vigilancia y un alambrado de campo. La respuesta fue esquiva.

“Bueno, sí, no tiene cámaras de seguridad el predio, ¿no? Pero el interno estaba en un lugar que tiene un principio de autogobierno y estaba encuadrado para los beneficios de las salidas transitorias y la semilibertad. El control de la custodia es atenuado”, dijo.

Añadió que el lugar cuenta con dos edificios, uno donde pernoctaba Figueroa y otros tres internos, y otro en donde debía reportarse, en una especie de oficina del agente. Solo los separaban 40 metros.

A su vez, comentó que a la Colonia pueden acceder condenados de todo tipo, incluso a perpetua. En este caso dijo que fue el juez de ejecución y sentencia quien lo ordenó.

“Los informes técnicos criminológicos, el Consejo Correccional y la autorización del juez de Ejecución dan para que el interno esté ahí, entonces nosotros pensamos que con la custodia que tenía se podría haber ido el segundo día desde que lo alojamos en la colonia y estuvo cinco años en la Colonia”, puntualizó Gimenes.

Lo cierto es que por el momento hay dos agentes sumariados y no se descarta que se procedan con otros más. Al momento de consultarle por si Figueroa recibió ayuda desde adentro de la Penitenciaría sostuvo que “es un campo abierto”.

“Quebró la confianza, están las 24 horas los agentes, no hace falta planificar la fuga”, dijo y añadió que fue secuestrado un celular aunque todavía resta saber si Figueroa cuenta con otro aparato.

A su vez se detuvieron en mencionar el comportamiento del ahora prófugo. Avisaron que tenía una inteligencia superior a la media.

“Tenemos sanciones disciplinarias efectuadas. La gran mayoría, las del 2009 y hasta el 2017 que se pueden visualizar en su expediente, son sanciones por aparatos telefónicos, esas cuestiones”, manifestó Gimenes.